viernes, 18 de septiembre de 2015

Los Beatles Crítica #10: The Beatles (1968)

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Nos situamos en febrero de 1968, Los Beatles están hartos de la psicodelia y del estrés en el estudio, han pasado varios meses desde que Sgt Pepper´s y compañía sonaron en la radio. El grupo necesita un "reboot", una innovación, un cambio.

Así que bueno, dejaron primero los peinados casco, por el cabello ondulado y bigotes, y ahora se desenfrenan al tope y se dejan crecer el cabello hasta los hombros y las barbas, demostrándonos que ya no son los chiquillos de Liverpool que solían ser, si no que ya han madurado.

Pero en fin, se les murió el mánager, estaban en un periodo de estrés y el film "Magical Mystery Tour" no había cumplido con las expectativas. Mientras que a mediados de 1967, habían conocido al gurú indio Maharishi Maresh Yogi, quién los metería a todo el tema este de la meditación y la paz interior.

Así que a finales de febrero, Los Beatles se meten brevemente en los Estudios Abbey Road a grabar el single "Lady Madonna" con su respectiva cara B, "The Inner Light", los primeros bocetos de "Across The Universe", y el rockero tema "Hey Bulldog". Sin más que decir, se largan a la India con el Maharishi.

Pasaron en la India casi tres meses, en donde meditaron y meditaron de como estaban llevando sus vidas (o al menos ese era el objetivo) y compusieron cientos de canciones a la guitarra (el único instrumento musical que podían tener). Al regreso ya estaban listos y recargados para regresar a trabajar.

Más, las sesiones ya nunca más serían las mismas. Las tensiones aumentaron hasta el límite, por la cereza en el pastel: Yoko Ono.

La señora Ono era una artista conceptual japonesa que había conocido a John Lennon a finales de 1966 en la Galería Índica de Londres. Más habrían comenzado a salir a principios de año, con el bueno de John siéndole infiel a su por entonces mujer, Cynthia Powell.

El matrimonio se terminó divorciando y  John se quedó junto a Yoko. Más tanto era el amor, que el beatle le permitía permanecer en el estudio mientras él y sus compañeros grababan. ¡La nipona tenía derecho a criticar la música de la banda más grande de la historia! ¿Y qué sabe ella de música! La respuesta es ¡Nada!

Pero no... John estaba enamorado y todos se callaban. Lennon y Harrison se llegaron a liarse a golpes por este tema, mientras que McCartney grababa sus temas por un lado y Lennon por el otro. A Ringo le llegó y se largó unas semanas de vacaciones a Cerdeña, por lo que McCartney tuvo que tocar la batería en los dos primeros temas del álbum.

El fin estaba cada vez más cerca, pero Los Beatles nos brindarían de un destacable álbum doble que analizaremos a continuación.

Canciones:
Comencemos con el primer disco, obviamente...
 
El álbum abre con la muy " Chuck Berry": "Back in The USSR", canción de Paul McCartney en donde los chicos de Liverpool se mofan de la URSS y de las canciones de los años cincuenta. Tema muy rockero y trascendental que anuncia que el sueño psicodélico se terminó hace tiempo.

Más el avión despega de la pista de aterrizaje (literalmente, si no escuchen el final de la canción), y se nos da paso a la balada "Dear Prudence", uno de los temas más infravalorados de la discografía beatle, pues es una canción de Lennon para el recuerdo, compuesta a la hermana de Mia Farrow, quien al parecer tuvo problemas con el Maharishi en el viaje a la India. Las armonías, el potente bajo de Paul, el riff de guitarra, la voz dulce de John, hasta la batería que toca Paul McCartney por la ausencia de Ringo está aceptable.

"Glass Onion" es burla y desazón, con un Lennon que vuelve a las burlas hacia los que quieren saber los significados de las canciones de Los Beatles. "Ob-La-Di-Ob-La-Da" es una canción media ska, media reggae, nada Beatle. Tema divertido, pero flojo, a pesar de ser uno de los más conocidos de los Fab Four. Escuchar el disco sin ella da igual, hasta mejora un poco. Primer relleno en el álbum.

"Wild Honey Pie"... ok. ¿Qué es esto? ¿En qué estaban pensando Los Beatles en incluir esta cosa chillona? Con un McCartney cantando como si le estuviesen extrayendo una muela. Mal, muy mal, y relleno... del peor.

Más Lennon nos trae la medicina con "The Continuing Story of Bungalow Bill", un temita gracioso medio infantil, con una destacable guitarra flamenca, en el que los cuatro ponen coros, pero hay un elemento de más, puesto que Yoko Ono se mete una línea solista en la que te quedas con cara de "¿Pero qué?..."

Con "While My Guitar Gently Weeps", George Harrison se consagra como buen compositor. Coros y lírica armoniosa, y qué decir de la guitarra efectuada por el maestro Eric Clapton... temazo. Y la versión acústica del Anthology 3... preciosa.

"Happiness Is a Warm Gun" es un tema complejo, ya que se divide por secciones. Una sección balada-folk, otra sección rockera y una coda infantil, en la que a la letra se le va un poco la olla. Pero buena canción, en fin.

"Martha My Dear" es una balada memorable, con el piano de McCartney dando buen rollo para toda la familia. Y qué decir de los instrumentos de viento y cuerdas presentes en la canción.

"I´m So Tired" es ácida. Con un Lennon contradiciendo lo escuchado en "I´m Only Sleeping" del "Revolver" dos años antes. Insomnio puro, con unos coros y guitarras poderosos al final.

"Blackbird"... continuará.



 



 

 



 

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